Como gastroenterólogo, he tenido la oportunidad de atender a cientos de pacientes con trastornos digestivos, desde afecciones leves hasta enfermedades gastrointestinales crónicas complejas. Gracias a esta experiencia, he aprendido a identificar con precisión los síntomas, tipos y causas de las infecciones gastrointestinales, así como a orientar a los pacientes sobre cómo prevenirlas y tratarlas eficazmente. Este artículo está diseñado para brindarte información clara y útil si tú, como muchas personas, padeces frecuentemente de problemas estomacales, ya sea por tu trabajo, edad o estilo de vida.
Síntomas de una enfermedad gastrointestinal
Las enfermedades gastrointestinales pueden manifestarse de distintas formas, pero existen síntomas comunes que deben alertarte para buscar atención médica. Entre los más frecuentes están el dolor abdominal persistente, distensión abdominal (hinchazón), náuseas, vómitos, diarrea, estreñimiento y cambios en el apetito. En algunos casos también puede haber fiebre, pérdida de peso inexplicada o sangrado digestivo.
Estos signos suelen variar según el tipo de infección intestinal o trastorno digestivo. Por ejemplo, las infecciones estomacales agudas tienden a causar diarreas intensas y dolor cólico, mientras que enfermedades inflamatorias como la colitis ulcerosa provocan síntomas crónicos y persistentes. Prestar atención a estos indicadores es clave para actuar a tiempo y evitar complicaciones mayores.

Tipos de enfermedades gastrointestinales
El aparato digestivo puede verse afectado por múltiples condiciones, algunas leves y otras potencialmente graves. Las más comunes incluyen la dispepsia, el reflujo gastroesofágico, la gastritis, el síndrome del intestino irritable, la enfermedad de Crohn y las hemorroides. También hay enfermedades más complejas como la celiaquía o la colitis ulcerosa que requieren un manejo especializado.
A continuación, te explicaré cada una de ellas para que puedas reconocer sus síntomas y entender su tratamiento. Es importante destacar que muchas de estas enfermedades se relacionan con las infecciones gastrointestinales o con hábitos de vida poco saludables.

1. Dispepsia
La dispepsia, o indigestión funcional, es una de las consultas más frecuentes en la gastroenterología. Se caracteriza por dolor o malestar en la parte superior del abdomen, sensación de llenura rápida, náuseas y eructos. Aunque no siempre se relaciona con una infección intestinal, puede agravarse por estrés, comidas abundantes o picantes.
Generalmente no es grave, pero afecta la calidad de vida. Su manejo incluye cambios en la dieta, reducción del estrés y en algunos casos medicamentos como inhibidores de ácido. La dispepsia debe ser evaluada si persiste por más de dos semanas o si se acompaña de pérdida de peso o sangrado.
2. Enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE)
La ERGE es una condición crónica en la que el contenido del estómago regresa hacia el esófago, causando ardor, regurgitación y, en casos severos, dificultad para tragar. Es muy común en adultos y su prevalencia aumenta con la edad o el sobrepeso.
Aunque no suele deberse a infecciones estomacales, puede deteriorar la mucosa esofágica si no se trata adecuadamente. Los tratamientos incluyen evitar alimentos irritantes, elevar la cabecera de la cama, perder peso y tomar medicamentos antiácidos.
3. Enfermedad celiaca
La celiaquía es una enfermedad autoinmune desencadenada por el consumo de gluten (presente en trigo, cebada y centeno). Esta proteína genera una respuesta inmune que daña el intestino delgado, causando diarrea crónica, pérdida de peso, anemia y fatiga.
Aunque no es una infección intestinal, sí compromete la absorción de nutrientes, lo que puede provocar múltiples deficiencias. El único tratamiento es una dieta estricta sin gluten, que permite la recuperación de la mucosa intestinal.
4. Síndrome del intestino irritable (SII)
El SII es un trastorno funcional del intestino que causa dolor abdominal, gases, diarrea o estreñimiento sin evidencia de daño estructural. Es una de las principales causas de ausentismo laboral, y afecta más a mujeres en edad adulta.
Aunque su causa exacta no se conoce, se asocia a estrés, disbiosis intestinal e hipersensibilidad visceral. Su tratamiento incluye cambios en la dieta (como evitar FODMAPs), manejo del estrés y uso de probióticos o antiespasmódicos. No está ligado directamente a infecciones gastrointestinales, pero en algunos casos puede desarrollarse después de una gastroenteritis.
5. Colitis ulcerosa
Es una enfermedad inflamatoria intestinal crónica que afecta el colon, provocando úlceras, sangrado, dolor y diarrea crónica. A diferencia de las simples infecciones estomacales, esta condición es autoinmune y su tratamiento requiere medicamentos inmunomoduladores o biológicos.
El diagnóstico se realiza mediante colonoscopía y biopsia. Aunque no es curable, con el tratamiento adecuado se pueden lograr largos periodos de remisión. En casos severos, puede requerirse cirugía.

Tabla comparativa: Diferencias entre enfermedades digestivas comunes
Enfermedad | Causa principal | Síntomas clave | ¿Es infección? |
Dispepsia | Funcional/dieta/estrés | Dolor abdominal, náuseas | No |
ERGE | Reflujo ácido | Ardor, regurgitación | No |
Enfermedad celiaca | Autoinmune (gluten) | Diarrea, anemia, fatiga | No |
SII | Trastorno funcional | Diarrea o estreñimiento | No |
Colitis ulcerosa | Autoinmune | Diarrea con sangre, cólicos | No |
6. Enfermedad de Crohn
La enfermedad de Crohn es una patología inflamatoria crónica que puede afectar cualquier parte del tracto digestivo, desde la boca hasta el ano, aunque comúnmente compromete el intestino delgado. A diferencia de otras enfermedades gastrointestinales, la inflamación en Crohn atraviesa todas las capas del intestino, lo que puede llevar a complicaciones como fístulas o estenosis.
Los síntomas incluyen dolor abdominal persistente, diarrea crónica, pérdida de peso, fiebre y fatiga. No se trata de una infección intestinal como tal, pero sí puede coexistir con procesos infecciosos que agraven la inflamación. El tratamiento incluye medicamentos inmunosupresores, terapias biológicas y en algunos casos cirugía.
7. Gastritis
La gastritis es una inflamación del revestimiento del estómago que puede ser aguda o crónica. Suele estar provocada por el consumo excesivo de alcohol, alimentos irritantes, medicamentos como los AINES o por la infección por Helicobacter pylori. Esta última es una de las infecciones estomacales más comunes a nivel mundial.
Los síntomas incluyen ardor estomacal, náuseas, vómitos, sensación de plenitud y en casos severos, sangrado digestivo. El tratamiento depende de la causa, pero puede incluir antibióticos (si hay infección), inhibidores de bomba de protones y cambios en la dieta. Es fundamental tratarla a tiempo para evitar complicaciones como úlceras gástricas.
8. Diverticulosis
La diverticulosis consiste en la formación de pequeñas bolsas o sacos (divertículos) en las paredes del colon. Es una condición frecuente en adultos mayores, especialmente en personas con dietas bajas en fibra. En la mayoría de los casos no produce síntomas, pero puede evolucionar hacia una complicación llamada diverticulitis.
Aunque no está directamente asociada con infecciones gastrointestinales, los divertículos pueden inflamarse o infectarse si se obstruyen con heces, lo que sí genera una infección localizada. Para prevenirla, es recomendable consumir suficiente fibra, mantenerse hidratado y realizar actividad física regularmente.
9. Diverticulitis
La diverticulitis es la complicación inflamatoria de la diverticulosis. Ocurre cuando uno o varios divertículos se inflaman o se infectan, provocando síntomas como dolor abdominal intenso (sobre todo en la parte inferior izquierda), fiebre, náuseas y cambios en el ritmo intestinal, como estreñimiento o diarrea.
Esta condición puede requerir antibióticos, reposo intestinal e incluso hospitalización en casos graves. Si la infección progresa, puede causar abscesos, perforaciones o peritonitis. Por ello, es crucial no ignorar los síntomas. Aunque no es una de las infecciones gastrointestinales más comunes, sí puede convertirse en una emergencia si no se trata a tiempo.
10. Hemorroides
Las hemorroides son venas inflamadas en la zona del recto o el ano, y pueden ser internas o externas. Aunque no son una infección intestinal, sí se consideran una enfermedad del aparato digestivo debido a su localización y síntomas, como dolor al evacuar, sangrado rectal y sensación de incomodidad.
Factores como el estreñimiento crónico, el esfuerzo excesivo durante las evacuaciones, el embarazo o el sedentarismo pueden provocar su aparición. Se recomienda una dieta rica en fibra, buena hidratación y evitar estar sentado por largos periodos. En casos avanzados, puede requerirse tratamiento médico o quirúrgico.

¿Cómo evitar las enfermedades gastrointestinales?
Prevenir las enfermedades gastrointestinales requiere un enfoque integral que incluye buenos hábitos alimenticios, una correcta higiene y el manejo del estrés. Es fundamental mantener una dieta equilibrada, rica en fibra (frutas, verduras, granos enteros), limitar el consumo de alimentos procesados y evitar el exceso de grasa o picante, que irritan el sistema digestivo.
La prevención de infecciones gastrointestinales también implica una adecuada higiene de manos, cocción completa de los alimentos y consumo de agua potable. Además, es recomendable realizar chequeos médicos regulares ENDOSCOPÍA, especialmente si se presentan síntomas recurrentes. Hacer ejercicio de forma constante, dormir bien y evitar el consumo excesivo de medicamentos antiinflamatorios también ayuda a preservar la salud digestiva.

Preguntas frecuentes (FAQs)
¿Cuáles son las infecciones gastrointestinales más comunes?
Las más frecuentes incluyen la infección por Helicobacter pylori, gastroenteritis viral, salmonelosis y giardiasis, todas ellas responsables de trastornos intestinales agudos.
¿Cómo se pueden prevenir las infecciones estomacales?
Manteniendo una buena higiene, consumiendo agua segura, cocinando bien los alimentos y evitando el contacto con personas enfermas.
¿Qué síntomas indican una infección intestinal?
Diarrea, fiebre, dolor abdominal, náuseas, vómitos y en ocasiones presencia de sangre en las heces.
¿Las estomacales enfermedades se pueden volver crónicas?
Sí, algunas como la gastritis o la infección por H. pylori pueden volverse crónicas si no se tratan adecuadamente.
¿Qué alimentos ayudan a evitar las enfermedades gastrointestinales?
Frutas, verduras, cereales integrales, yogur con probióticos, y suficiente agua ayudan a mantener el sistema digestivo saludable.